Por Gilbert Mercier

Haiti Chery

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El evento deportivo más grande del planeta se inicia en Brasil el 12 de junio de 2014. Fútbol, o soccer como se le llama de una manera semi-degradante en los Estados Unidos, es de lejos el deporte más popular en todo el mundo. A modo de ejemplo, más de 1,3 mil millones de personas vieron el programa de televisión de la final de la última Copa del Mundo celebrada en Sudáfrica en 2010. Para muchos, el fútbol es más que un deporte, y sobre todo en América del Sur, Europa y África que tiene casi el estatus de una religión que se teje intrínseca a la vida diaria de las personas. Este éxito universal, tiene un precio. En su mejor momento, el fútbol es una celebración de la vida, pero en su peor momento, es una ilustración en bruto de la avaricia más sórdida.

Durante décadas, “joga bonito” era una manera inocente de la vida. Ahora bien, es un gran negocio en el que la corrupción, la codicia, la mentalidad de mercenario, y el comportamiento criminal, incluso francamente proliferan. La Fédération Internationale de Football, FIFA, que es el cuerpo gobernante del fútbol, se encuentra en medio de una investigación de corrupción grave en su parte superior, por aceptar sobornos relacionados con la votación para otorgar Qatar la Copa del Mundo de 2022. Sí Qatar ha participado en abusos graves contra los derechos humanos, tales como el uso de mano de obra esclava de Nepal, para construir estadios extravagantes. Las enormes cantidades de dinero derramado en el fútbol se han convertido en atletas calificados mercenarios alta rodillos y pervertido el antiguo y hermoso juego.

Oligarcas, jeques y mercenarios

En el entorno rico y enrarecido de las grandes ligas de fútbol de Europa en países como el Reino Unido, España, Italia, Alemania y Francia, los mejores jugadores son vendidos y comprados por clubes como activos financieros. Recientemente, un “comercio” como llegó a tanto como 100 millones de euros. Equipos como el PSG (Paris Saint Germain), Chelsea, AC Milan y Bayern Munich, son propiedad, respectivamente, por un jeque de Qatar, un oligarca ruso con un pasado dudoso que implica el crimen organizado, un pedófilo al ex primer ministro, y una de evasión de impuestos empresario alemán. Huelga decir que los mejores clubes de ligas europeas financiadas espléndidamente atraen a jugadores de élite del mundo del fútbol.

Las estrellas más grandes de América del Sur, como Messi de Argentina, y Neymar de Brasil, se convierten en mercenarios internacionales de fútbol, dejando a sus países a buscar fortuna y la fama, a menudo a una tierna edad. Es incluso peor en África o el Medio Oriente, donde un jugador con talento ni ambición debe emigrar a Europa. Además, la situación financiera de los clubes de Europa se ha vuelto tan desequilibrado que muy pocos pueden competir. Los mega-ricos dueños del club, ya sea de los ingresos del petróleo, el lavado de dinero, evasión de impuestos, el amaño de partidos u otras actividades criminales, compran los mega estrellas y ganar los partidos importantes. Al igual que en otros sectores de la actividad humana, en las últimas décadas, la desigualdad de riqueza se convirtió obsceno en el fútbol.

La concentración de la riqueza es extrema en el fútbol. Tomemos el caso del internacional francés reproductor Matuidi, uno de los jugadores de la copa del mundo de Francia con el salario más alto del club. Matuidi juega para el PSG de propiedad de Qatar, y su sueldo anual supera los $ 16 millones. En comparación, el ingreso promedio anual de Francia es $ 41,850.En otras palabras, se necesitaría un francés promedio 390 años para ganar lo Matuidi hace patear una pelota durante un año. Dichos salarios astronómicos son bastante recientes en el fútbol. Hace sólo tres décadas, la obtención Francés ex superestrella centrocampista Michel Platini en el club de St Etienne tenía sólo 16 veces más que el ingreso promedio en Francia.Esta desigualdad se da a nadie el vértigo en los países menos igual que la de Francia. De acuerdo con el diario francés Le Monde, Yaya Touré gana 14.750 veces el ingreso promedio en Costa de Marfil; Eto’o hace 5.130 veces la de Camerún; Messi 5000 momento en que el ingreso promedio en Argentina, Ronaldo 2.370 veces el ingreso medio portugués y Neymar 1030 momento en que el promedio de ingresos en Brasil.

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Muchos en Brasil, que se indignó por el nivel de gasto público para la Copa Mundial en un país azotado por la pobreza extrema y la desigualdad flagrante, están llamando a un boicot del evento. Una de las principales preocupaciones del gobierno brasileño en los últimos meses ha sido la “pacificación” de las favelas llamados favelas. El funcionamiento de la represión y, a veces de la reubicación de los pobres, se ha llevado a cabo brutalmente por la policía militarizada. La mayoría de los brasileños están locos por el costo de albergar el evento $ 14000 millones, para lo cual la preparación se ha visto empañada por los escándalos de la construcción, los retrasos y la muerte de muchos trabajadores. La mayoría de los brasileños asocian el Mundial con la corrupción, el desalojo de las personas, y la mala administración de los fondos públicos en detrimento de los programas sociales que tanto se necesitan.

FIFA se ejecuta como la mafia

La lucha contra la FIFA y anti movimiento movimiento Copa del Mundo está creciendo en Brasil. Graffiti como “La FIFA va a casa” o “F * @ k la copa del mundo”, han aparecido en las paredes de Sao Paulo a Río de Janeiro. Hay muchas razones para estar contra la FIFA, y siendo de Brasil no es el único. Económicamente, la organización opaca puede ser considerado como el 1 por ciento del 1 por ciento que se alimenta de forma permanente en el caviar, ostras y champagne en el paraíso de su multimillonario sede en Zurich Suiza, mientras que el fanático promedio fútbol come arroz y frijoles. La ironía es que se supone que la FIFA como una organización sin fines de lucro. Independientemente de este estado, el organismo rector del fútbol debe rastrillar en $ 4,5 mil millones del 2014 la copa del mundo. Beneficios de la FIFA se originan principalmente de los patrocinadores y los organismos de radiodifusión, pero los escándalos recientes, como los sobornos presuntamente pagados a la FIFA por un funcionario qatarí de comprar votos para la copa del 2022, han puesto este bonito esquema en peligro. El actual presidente de la FIFA, Sepp Blatter, ha sido acusado de dirigir la organización como un don de la mafia; Sin embargo, las acusaciones de fraude electoral y los sobornos para la Copa Mundial de Qatar podría obligar a Blatter a dimitir. Más poderosos patrocinadores de la FIFA, Visa, Adidas y Sony, han entrado en la arena para exigir una investigación seria.

Manifestantes frente a la policía estatal

Si bien es improbable que “no habrá copa del mundo”, como algunos manifestantes anuncian en sus consignas, se puede esperar un montón de protesta durante el mes de la Copa del Mundo, para desafiar al aparato de seguridad importante desplegado por el gobierno brasileño, que no hace parecen tolerar la disidencia. Es difícil culpar a los brasileños que prefieren ver los $ 14 millones asignados a la educación, la sanidad y los servicios sociales. Hace un mes, el autobús de la selección brasileña de fútbol nacional fue atacado por manifestantes.

La celebración de la Copa del Mundo ha sido malo para la popularidad de los pseudo-izquierdista convertido neoliberal, Dilma Rousseff. Una encuesta de Pew Research reveló que el 61 por ciento de los brasileños piensan que es una mala cosa para Brasil será sede de la Copa del Mundo. Aparato represivo del gobierno de Rousseff está listo. Ella ha hecho hincapié en que la policía, en colaboración con el ejército, será capaz de mantener la seguridad. El 100000 policía fuerte, más de 57.000 soldados que se desplegarán alrededor de los estadios, y los hoteles de los equipos y los campos de entrenamiento, indican que el gobierno de Rousseff está listo para la guerra urbana contra los manifestantes y los pobres. Esto en cuanto a la preservación del espíritu del deporte rey.

Notas del editor: Fotografía una por Clement Jacquard; dos por Ramav; tres por Tjebbe van Tijen; cinco por Cedric Lange; seis, ocho y nueve por Ben Tavener.

Fuentes: Haiti Chery | News Junkie Post (inglés) | Evernote, Jack en Madrid (español)